martes, 8 de julio de 2008

Esta parte del trabajo es una bicoca. Parece que avanzas a toda pastilla. Se va quedando la moto desnuda en poquísimo tiempo, sobre todo cuando se cuenta con la desinteresada colaboración de la pequeña de la familia...
Lo primero que hicimos fue soltar todos los cables, los del cambio, embrague, freno trasero, quitar el carburador y desconectar los eléctricos.
Después desmontamos la caja de herramientas, la del filtro del aire y el depósito de gasolina. Este tenía más porquería por fuera que el palo de un gallinero, pero por dentro no está nada mal.
para sacar el eje del basculante hay que apoyar la moto por la parte trasera en algo que deje la rueda levantada. En Asturias siempre hay una caja de sidra a mano que tiene la altura justa.
Como la caja de sidra está vacía no perdimos el tiempo y tras una horita de forcejeo con el eje, intentando que entrase en razón a base de golpes de maza (con la tuerca puesta para proteger la rosca y un buen taco de roble del país en medio) al final cedió y ya tenemos fuera la mecánica.


Ahora podemos terminar de limpiar totalmente el chasis, horquilla y todas las piezas de chapa y dividir el trabajo. Mientras nosotros mismos revisamos el motor, enviaremos al chorro de arena y al chapista las piezas de la carrocería para que nos las dejen como nuevas. Pero eso será otro día.

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